Trabajo en mi computadora haciendo la misma mierda de siempre. Ella está recostada en mi cama y lee como si yo no estuviese. Le miro las piernas cada tanto y, mientras intento centrar la vista en el pantalla, me imagino mordiéndoselas.
Vuelvo a mirar y ella se ha tapado con mis sábanas. Sé que si pudiese se arrastraría por ellas con todo su cuerpo, como una serpiente enojada, provocándome, pero sabe que tengo que trabajar y respeta eso (lo cual hace que me pierda en mi imaginación mucho más).
Quiero arrancarle ese acolchado y ver sus piernas enredadas en ese vestido negro que trae puesto desde hace 3 días.
Ya está.- me muestra que ha terminado de leer su libro. Comento sobre lo rápido que lee. Aunque en realidad, me vale verga. Quiero terminar este puto trabajo para hacer todo eso que estoy pensando y no deja que me concentre.
Cuando se agacha a guardar su libro en el cajón, le miro el escote. ¡Qué increíble! Son las mejores que he visto en mi vida.
Ella me sonríe y me pide un beso que yo le doy.
Nuestros besos nunca quedan en sólo besos. Leo sus intenciones y dejo que lleve mi mano hasta su entrepierna. La toco, se moja. No puedo distraerme, tengo que terminar este trabajo para hoy.
Vuelve a acostarse en mi cama y a taparse con mis sábanas. Saca otro libro de su bolsa, lee dos páginas y comienza a tocarse.
Ya no quiero mirarla. Tengo que trabajar.
Ella, tímida, me pregunta -¿Te molesta que me toque?
Obvio no.- le contesto sin pensar demasiado en esa pregunta que intenta llevarme a la cama.
Ella casi ni se mueve, pero su respiración me cuenta todo.
Comienza a reír y, con esa falsa inocencia, me pide ayuda. ¿Cómo negársela?
Suena mi teléfono. Es Enrique. Pinche Enrique. Tengo que bajar a devolverle unas cosas. Ella ríe.
En las escaleras, sólo pienso en su cuerpo, en sus piernas, en su escote, en todo eso que no me deja en paz.
Decido finalmente posponer el trabajo y hacer todo lo que ella quiera. Por lo menos una vez, por lo menos hasta ver su cara y sentir las contracciones de todos sus músculos.
Le doy las cosas a Enrique y subo casi corriendo.
Abro la puerta y me encuentro con ella desparramada en mi cama. Me mira y sonríe. Sus mejillas están rojas y su respiración acelerada.
Se para, ríe y me dice -Ya está-. Pasa por al lado mío, me besa y entra al baño.
Mejor, vuelvo a trabajar.
martes, 19 de octubre de 2010
sábado, 9 de octubre de 2010
Mientras dormís.
Hoy voy a confiarte mis orgasmos.
Voy a aguantar las ganas de decirte eso que no quiero decirte.
Voy a ofrecerte mi carne y a decirte que es tuya.
Voy a dejar que me comas,
que me rasguñes bien profundo hasta cortarme la piel.
Voy a susurrarte una porno al oído.
Hoy no voy a dejar de tocarte.
Voy a regalarte todas mi cavidades.
Voy a beberme tus orgasmos, sorbo a sorbo, mirándote a los ojos.
Voy a llevar tu ritmo,
veloz y constante.
Voy a desnudarte sin previo aviso.
Hoy no voy a pedir piedad.
Y cuando te acostumbres,
voy a dejarte, sin despedirme ni decirte a dónde voy.
Voy a aguantar las ganas de decirte eso que no quiero decirte.
Voy a ofrecerte mi carne y a decirte que es tuya.
Voy a dejar que me comas,
que me rasguñes bien profundo hasta cortarme la piel.
Voy a susurrarte una porno al oído.
Hoy no voy a dejar de tocarte.
Voy a regalarte todas mi cavidades.
Voy a beberme tus orgasmos, sorbo a sorbo, mirándote a los ojos.
Voy a llevar tu ritmo,
veloz y constante.
Voy a desnudarte sin previo aviso.
Hoy no voy a pedir piedad.
Y cuando te acostumbres,
voy a dejarte, sin despedirme ni decirte a dónde voy.
sábado, 11 de septiembre de 2010
Hoy no tengo propietario.
Vamos a perdernos entre mis sábanas.
Vamos a reir mucho.
Vamos a decirnos cosas lindas.
Vamos a ansiar vernos, a darnos besos dulces, a acariciarnos sin descanso.
Vamos a celarnos un poquito, a extrañarnos, a dormir toda la noche abrazados.
Vamos a jugar a que sí.
Pero hoy,
hoy no tengo propietario, nene.
Vamos a reir mucho.
Vamos a decirnos cosas lindas.
Vamos a ansiar vernos, a darnos besos dulces, a acariciarnos sin descanso.
Vamos a celarnos un poquito, a extrañarnos, a dormir toda la noche abrazados.
Vamos a jugar a que sí.
Pero hoy,
hoy no tengo propietario, nene.
domingo, 15 de agosto de 2010
Hoy me levanté y tuve ganas de encontrarte.
Hoy me levanté tarde y tuve ganas de abrir los ojos, darme vuelta todavía medio dormida y encontrarte, soñando, después de haber hecho el amor toda la noche.
Tuve ganas de levantarme y besarte despacito todo el cuerpo y morderte tu boca suavecita.
Hoy tuve ganas de un beso tuyo,
tuve ganas de que me arrebataras,
de que me aprisionaras entre mis sábanas violetas y no me dejaras salir en todo el día.
Tuve ganas de jugar con vos, con todo vos, con cada una de tus células.
Pero buen... ni modo.
Hoy no se puede.
Algún día......
Mientras tanto te pienso en mi cama y juego conmigo misma,
pensando que mis manos son las tuyas.
Tuve ganas de levantarme y besarte despacito todo el cuerpo y morderte tu boca suavecita.
Hoy tuve ganas de un beso tuyo,
tuve ganas de que me arrebataras,
de que me aprisionaras entre mis sábanas violetas y no me dejaras salir en todo el día.
Tuve ganas de jugar con vos, con todo vos, con cada una de tus células.
Pero buen... ni modo.
Hoy no se puede.
Algún día......
Mientras tanto te pienso en mi cama y juego conmigo misma,
pensando que mis manos son las tuyas.
viernes, 13 de agosto de 2010
La maleta y las dos botellas // idas y vueltas.
Entonces él me pregunta qué escribiría, qué tendría para decir.
Su historia es larga, pero sólo sé una versión, su versión y el breve resumen de todo lo que no lo deja dormir.
Mañana se va.
Se va para seguir alimentando de inercia eso que vive latente, por lo menos en él.
Ella y su necesidad de atar
Cada tanto lo llama.
Se ven. Se miran.
Se acarician con palabras.
Tienen sexo en cada coma.
Ella hace un ( ) que llena del vacío que genera.
Un vacío que ata de la cabeza de él y remonta como un barrilete.
Ella sabe y se hace la idiota.
Ella lo huele y conoce ese olor.
A pesar de que cada noche, sea otro el que haga las cosas que él le haría.
Ella no teme.
Finge demencia y no contesta.
Ella no teme.
-Mmm... de la necesidad de atar hablaría.
Lo quiere como se quiere a un bello recuerdo en una repisa.
Él y la imposibilidad por miedo.
Él también sabe, pero no se hace el idiota.
Es idiota, porque sólo lo permite.
Se lo permite a él mismo y se lo permite a ella.
Y cada noche recuerda lo que fueron y piensa en lo que podrían ser.
Se traslada a una fantasía que existió y que, posiblemente, jamás exista.
Se olvida de su cuerpo, de su espacio, de esa mujer que en este mismo momento está desnuda sobre él.
Hace 8 años que no se enamora, porque hace 8 años que ya no está enamorado de ella, pero no puede verlo. Porque verlo implicaría, necesariamente, aprender a caminar otra vez y correr el riesgo de caer y tener las fuerzas para volver a levantarse. Porque volver a caminar implicaría dejar de mirar hacia atrás y desaparecerla absoluta y completamente de su realidad. Implicaría que ella deje de existir.
Borrarla
Anularla
Eliminarla
Descartarla.
Saca fotos para detener las cosas en el tiempo… aunque el mundo siga girando.
-Mmm… de la imposibilidad por miedo. De eso también hablaría.
Él la quiere como se quiere a una fea colcha, sucia y rotosa que nos ha abrigado por mucho tiempo.
La maleta y las dos botellas
Y ambos piensan en volverse a ver.
Él se acerca y quiere pero no quiere.
A ella, sinceramente, le da igual, pero jamás va a decirlo, ni a decírselo (ni a él ni a ella misma)
Él se propone no llamarla, pero sabe que uno de esos días su voluntad andará sin ganas y cederá a la desidia.
“Ni modo”, quizás hasta sirva para cerrar la historia.
(aunque ambos pensemos que, de seguro, la historia llegará a su fin si no la ve)
Por las dudas, en su maleta van dos botellas.
Una, para el reencuentro;
para ella, aunque lo más probable es que no la vea
ni la vuelva a ver,
porque seguramente, ese reencuentro jamás se realice.
La otra, para vivir ese presente que le estará gritando
hasta que por fin gire su cabeza y decida mirarlo a los ojos para hacerlo real.
Su historia es larga, pero sólo sé una versión, su versión y el breve resumen de todo lo que no lo deja dormir.
Mañana se va.
Se va para seguir alimentando de inercia eso que vive latente, por lo menos en él.
Ella y su necesidad de atar
Cada tanto lo llama.
Se ven. Se miran.
Se acarician con palabras.
Tienen sexo en cada coma.
Ella hace un ( ) que llena del vacío que genera.
Un vacío que ata de la cabeza de él y remonta como un barrilete.
Ella sabe y se hace la idiota.
Ella lo huele y conoce ese olor.
A pesar de que cada noche, sea otro el que haga las cosas que él le haría.
Ella no teme.
Finge demencia y no contesta.
Ella no teme.
-Mmm... de la necesidad de atar hablaría.
Lo quiere como se quiere a un bello recuerdo en una repisa.
Él y la imposibilidad por miedo.
Él también sabe, pero no se hace el idiota.
Es idiota, porque sólo lo permite.
Se lo permite a él mismo y se lo permite a ella.
Y cada noche recuerda lo que fueron y piensa en lo que podrían ser.
Se traslada a una fantasía que existió y que, posiblemente, jamás exista.
Se olvida de su cuerpo, de su espacio, de esa mujer que en este mismo momento está desnuda sobre él.
Hace 8 años que no se enamora, porque hace 8 años que ya no está enamorado de ella, pero no puede verlo. Porque verlo implicaría, necesariamente, aprender a caminar otra vez y correr el riesgo de caer y tener las fuerzas para volver a levantarse. Porque volver a caminar implicaría dejar de mirar hacia atrás y desaparecerla absoluta y completamente de su realidad. Implicaría que ella deje de existir.
Borrarla
Anularla
Eliminarla
Descartarla.
Saca fotos para detener las cosas en el tiempo… aunque el mundo siga girando.
-Mmm… de la imposibilidad por miedo. De eso también hablaría.
Él la quiere como se quiere a una fea colcha, sucia y rotosa que nos ha abrigado por mucho tiempo.
La maleta y las dos botellas
Y ambos piensan en volverse a ver.
Él se acerca y quiere pero no quiere.
A ella, sinceramente, le da igual, pero jamás va a decirlo, ni a decírselo (ni a él ni a ella misma)
Él se propone no llamarla, pero sabe que uno de esos días su voluntad andará sin ganas y cederá a la desidia.
“Ni modo”, quizás hasta sirva para cerrar la historia.
(aunque ambos pensemos que, de seguro, la historia llegará a su fin si no la ve)
Por las dudas, en su maleta van dos botellas.
Una, para el reencuentro;
para ella, aunque lo más probable es que no la vea
ni la vuelva a ver,
porque seguramente, ese reencuentro jamás se realice.
La otra, para vivir ese presente que le estará gritando
hasta que por fin gire su cabeza y decida mirarlo a los ojos para hacerlo real.
jueves, 12 de agosto de 2010
Cacería o Guerra de pintura
Ella y él pintan.
Ella quiere que él se apure. Va a lo fácil: comienza por pintarle la cara.
Él sonríe. Conoce el juego y, en su sonrisa, se nota gran agradecimiento porque haya sido ella quien comience con el juego.
Él le devuelve el pincelazo, pero no se atreve del todo. Sólo salpica su nariz.
Ella quiere pelear en serio. Busca la guerra. Trata de sacar su parte violenta. Esa parte que a ella le encanta, porque su ser, todo su ser es violencia.
Realmente, ha comenzado la cacería y él no se da cuenta que se ha puesto en el papel de una gazela que coquetea con un león.
Ella sabe que lo tiene en sus garras, que la guerra ya la tiene ganada. Él no se resiste, sólo siente miedo, pero se deja.
Eso a ella no le gusta. Quiere sentir a su presa luchar, pelear por su vida.
Aún así, termina de capturarlo y una vez que él ya está medio moribundo, juega un rato como un gato que juega con un ratón y luego, lo abandona.
Ella quiere que él se apure. Va a lo fácil: comienza por pintarle la cara.
Él sonríe. Conoce el juego y, en su sonrisa, se nota gran agradecimiento porque haya sido ella quien comience con el juego.
Él le devuelve el pincelazo, pero no se atreve del todo. Sólo salpica su nariz.
Ella quiere pelear en serio. Busca la guerra. Trata de sacar su parte violenta. Esa parte que a ella le encanta, porque su ser, todo su ser es violencia.
Realmente, ha comenzado la cacería y él no se da cuenta que se ha puesto en el papel de una gazela que coquetea con un león.
Ella sabe que lo tiene en sus garras, que la guerra ya la tiene ganada. Él no se resiste, sólo siente miedo, pero se deja.
Eso a ella no le gusta. Quiere sentir a su presa luchar, pelear por su vida.
Aún así, termina de capturarlo y una vez que él ya está medio moribundo, juega un rato como un gato que juega con un ratón y luego, lo abandona.
lunes, 9 de agosto de 2010
miércoles, 4 de agosto de 2010
el hombre de la bicicleta
A las 7, agarraba su bicicleta e iba a mirar a las jovencitas bailar.
Desde afuera, espiaba a las bailarinas del Instituto ubicado en la calle Guanajuato, por la gran vidriera cubierta de cortinas.
Las observaba, parado junto al frío del vidrio, por horas.
Luego, subía de nuevo a su bicileta y pedaleaba eufóricamente, sin rumbo fijo, hasta que llegara el día.
Desde afuera, espiaba a las bailarinas del Instituto ubicado en la calle Guanajuato, por la gran vidriera cubierta de cortinas.
Las observaba, parado junto al frío del vidrio, por horas.
Luego, subía de nuevo a su bicileta y pedaleaba eufóricamente, sin rumbo fijo, hasta que llegara el día.
lunes, 26 de julio de 2010
Acordate de esto
Mientras vos te enamorás de mí, yo pienso en otro.
Me pone bien que seas un cagón y que de lunes a viernes juguemos a estar enamorados.
Sos la ausencia presente que necesitaba.
Haceme sentir sola.
No quiero saber que te tengo.
Y, ¿sabés qué?
Vos estás en desventaja, nene, porque mientras te creés que la tenés re clara, fagocito tu corazón y cuando menos te das cuenta, entro en tu cerebro.
No podés dormir, porque pensás en mí.
Acordate de esto: Cuando me busques, ya no voy a estar.
Me pone bien que seas un cagón y que de lunes a viernes juguemos a estar enamorados.
Sos la ausencia presente que necesitaba.
Haceme sentir sola.
No quiero saber que te tengo.
Y, ¿sabés qué?
Vos estás en desventaja, nene, porque mientras te creés que la tenés re clara, fagocito tu corazón y cuando menos te das cuenta, entro en tu cerebro.
No podés dormir, porque pensás en mí.
Acordate de esto: Cuando me busques, ya no voy a estar.
viernes, 16 de julio de 2010
Sabor a chicle
Ella habla, habla y habla.
Él le sonríe a su desfachatez.
Ella no piensa, sólo dice
y eso les gusta a ambos.
"Me caés bien vos".
Ella siente que el piso comienza a derretirse.
Cada tanto, espía su reloj, porque sabe que el tiempo se escapa.
Él no dice mucho
y ella, cuando se acuerda de pensar, siente miedo.
Acerca su silla.
Ella se relaja.
Él no puede irse sin darle un beso.
Ella no puede quedarse sin darle un beso.
Ella piensa que ese chicle y su boca logran el sabor que todos los besos deberían tener.
Y se lo dice.
Además, su boca es suavecita.
Y se lo dice.
Ella se siente
pequeña
indefensa
estúpida
y él
él, no sé.
Los impedimentos naturales importan poco.
Sus perfumes se mezclan y ella piensa que deberían vender esa mezcla en París.
Él tiene que correr.
Ella flota.
(Charlamos un montón, nos dimos unos besos increíbles, cogimos fugazmente y te fuiste. Fue difícil sacar tu perfume de mis manos. Menos mal que vivís tan lejos...)
Él le sonríe a su desfachatez.
Ella no piensa, sólo dice
y eso les gusta a ambos.
"Me caés bien vos".
Ella siente que el piso comienza a derretirse.
Cada tanto, espía su reloj, porque sabe que el tiempo se escapa.
Él no dice mucho
y ella, cuando se acuerda de pensar, siente miedo.
Acerca su silla.
Ella se relaja.
Él no puede irse sin darle un beso.
Ella no puede quedarse sin darle un beso.
Ella piensa que ese chicle y su boca logran el sabor que todos los besos deberían tener.
Y se lo dice.
Además, su boca es suavecita.
Y se lo dice.
Ella se siente
pequeña
indefensa
estúpida
y él
él, no sé.
Los impedimentos naturales importan poco.
Sus perfumes se mezclan y ella piensa que deberían vender esa mezcla en París.
Él tiene que correr.
Ella flota.
(Charlamos un montón, nos dimos unos besos increíbles, cogimos fugazmente y te fuiste. Fue difícil sacar tu perfume de mis manos. Menos mal que vivís tan lejos...)
lunes, 12 de julio de 2010
Sade
Se toca con Sade.
Cada renglón, se escurre entre sus piernas.
Una a una, las situaciones se hacen reales y ella es la protagonista.
Se encuentra a solas en un cuarto que la deja ser
y, a medida que pasa las hojas,
con sus bordes, roza sus pezones.
Se toca con Sade.
Piensa en cada partícula de esos hedores
flotando en el aire
flotando en el mismo aire que ella respira.
Su piel se traslada en el tiempo
se hace más presente que nunca.
Sus manos
intentan no controlar
y, sutil, se siente revolucionaria.
Se toca con Sade.
Yo sólo la miro y escucho su respiración chocando con la mía.
Voraz, recorre cada oración con todo su cuerpo.
Las saborea con su lengua.
Las llena de fluídos.
No le importa si estoy ahí.
No le importa ser juzgada,
no le importan los títulos de nobleza,
no le importa morir en Charenton.
No tiene discurso.
Sólo el leve movimiento que ondea su figura
que ya se pierde entre las sábanas.
No necesita sofismas.
Sus deseperantes gemidos
la liberan de cualquier prisión.
Ya no puedo pensar.
Se toca con Sade
mientras yo,
me toco con ella.
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Taras vúlvicas
lunes, 5 de julio de 2010
Envejecer
Los segundos no corren, caminan lentamente detrás nuestro, rozando nuestros talones y, a medida que nos alcanzan, encorvan nuestras espaldas y retrasan nuestro sistema.
El tiempo es inmediato.
domingo, 4 de julio de 2010
Orgía babélica
Una voz penetra los ambientes.
Todos participamos.
Todo se amalgama.
-Pausa de silencio-
Todos participamos.
Sólo una voz
Los cuerpos se desbordan
unos sobre otros.
Todos participamos.
Sólo una voz
grita
La orgía babélica termina su función.
En cada ciudad, todos participamos
-Pausa de silencio-
Sólo una.
-Pausa de silencio-
Ya no se distingue el límite.
La frontera es indivisible.Todo se amalgama.
Sólo una voz
susurra
La piel transmuta su cromo.
Los rasgos se desgarran.
La gama de posibilidades se amplía.Hombres y mujeres.
Mujeres y hombres.
Hombres y hombres.Mujeres y mujeres.
Ya no existe distinción alguna que clasifique el ejemplar.
dirige
-Pausa de silencio-
Una torre antropomórfica.
Una ciudad antropofáguica.
unos sobre otros.
Sin ropa
Sin pielSin sexo
Sin vozTodos participamos.
Sólo una voz
grita
La orgía babélica termina su función.
En cada ciudad, todos participamos
-Pausa de silencio-
Dos
Ella lo mira.
Analíticamente,
estudia cada uno de sus vértices.
Él la mira.
Con voracidad,
imagina cada uno de sus pliegues.
Ella se dirige a él.
Cuidadosamente,
evalúa el peso específico de cada una de sus partes.
Él se dirige a ella.
Bélico,
abandona sus manos.
Ella descifra la densidad de los líquidos que se encuentran en proceso de ósmosis,
en ese mismo momento.
Él ya no controla ninguna de sus células
y su cuerpo se hace agua.
Ella calcula la duración de un orgasmo.
Él ya no es él.
Analíticamente,
estudia cada uno de sus vértices.
Él la mira.
Con voracidad,
imagina cada uno de sus pliegues.
Ella se dirige a él.
Cuidadosamente,
evalúa el peso específico de cada una de sus partes.
Él se dirige a ella.
Bélico,
abandona sus manos.
Ella descifra la densidad de los líquidos que se encuentran en proceso de ósmosis,
en ese mismo momento.
Él ya no controla ninguna de sus células
y su cuerpo se hace agua.
Ella calcula la duración de un orgasmo.
Él ya no es él.
martes, 29 de junio de 2010
Desnuda
Desnuda,
camina entre sus brazos.
Baila satánicamente
melodías que estallan en su cabeza.
Un vórtice sutil la envuelve.
Contra la pared,
inventa la psicodelia.
Sabe que será la última.
Pinta la pared con su sudor y continúa con la danza que los eleva.
Desnuda,
marca el límite sin límite
de una habitación
que jamás volverá a verla.
camina entre sus brazos.
Baila satánicamente
melodías que estallan en su cabeza.
Un vórtice sutil la envuelve.
Contra la pared,
inventa la psicodelia.
Sabe que será la última.
Pinta la pared con su sudor y continúa con la danza que los eleva.
Desnuda,
marca el límite sin límite
de una habitación
que jamás volverá a verla.
jueves, 24 de junio de 2010
el jardín (final)
- IV -
Los vegetales se reproducen de diferentes formas.
La forma más común es la de tipo sexual.
El infante duerme.
El jardín lo observa.
Los vegetales se reproducen de diferentes formas.
La forma más común es la de tipo sexual.
El infante duerme.
El jardín lo observa.
jueves, 17 de junio de 2010
el jardín
-III-
Los fluidos son movimiento.
El infante,
mira el sexo de la flor.
Su respiración agitada humedece los pétalos.
El infante apresa en sus manos la energía contenida,
la energía reprimida,
la energía siempre capaz de dar fruto.
De la flor emana líquido puro.
martes, 15 de junio de 2010
el jardín
- II -
Un tallo rompe bolsa
e intenta parir una flor.
La placenta recorre sus hojas.
La sangre baña sus filamentos.
El infante se detiene
y mira el jardín.
El jardín se detiene.
Un tallo rompe bolsa
e intenta parir una flor.
La placenta recorre sus hojas.
La sangre baña sus filamentos.
El infante se detiene
y mira el jardín.
El jardín se detiene.
domingo, 16 de mayo de 2010
el jardín
- I -
El jardín observa.
Un infante corre en círculos.
Con sus manos,
roza las flores que,
sin poder contenerse,
liberan su polen.
Un infante
corre
formando una circunferencia
que desafía el orden natural.
El jardín observa.
Un infante corre en círculos.
Y, sin darse cuenta,
gesta una revolución.
El jardín
observa.
El jardín observa.
Un infante corre en círculos.
Con sus manos,
roza las flores que,
sin poder contenerse,
liberan su polen.
Un infante
corre
formando una circunferencia
que desafía el orden natural.
El jardín observa.
Un infante corre en círculos.
Y, sin darse cuenta,
gesta una revolución.
El jardín
observa.
lunes, 3 de mayo de 2010
soy un portal
Voy a vivir experiencias extremas, para limpiar mis venas.
Estoy activando una galaxia.
Todos tenemos nuestro momento Bukowski.
one night
Ella dijo: "Domesticá a tu perra".
Él rió.
Soy un alimaña y en tu corazón voy escrita con "Y".
No me digas "Cuchi cuchi, baby".
Pongamos reglas claras, para que después romperlas, sea más fácil.
Hoy no quiero que me lastimes.
Sólo haceme daño.
Él rió.
Soy un alimaña y en tu corazón voy escrita con "Y".
No me digas "Cuchi cuchi, baby".
Pongamos reglas claras, para que después romperlas, sea más fácil.
Hoy no quiero que me lastimes.
Sólo haceme daño.
martes, 13 de abril de 2010
martes, 30 de marzo de 2010
Sola en la Isla
Reviso los cajones, buscando vestigios de alguien.
Veamos cómo nos sale lidiar con la nada...
"Rayuela", Julio Cortázar
-Vos no podrías - dijo - Vos pensás demasiado.
-Parto del principio de que la reflexión debe preceder a la acción, bobalina.
-Partís del principio- dijo La Maga - Qué complicado".
lunes, 22 de marzo de 2010
no sé.
no sé.
no entiendo.
no me pegunten, por favor.
no me recuerden.
no me cuestionen.
no me juzguen.
no quiero que me miren.
no se me acerquen.
quiero encontrarme.
sola.
no dejes que te encuentre.
no quiero buscarte.
no sé.
no voy a tratar de entenderme.
jueves, 18 de marzo de 2010
Saber
Lo sé y lo sabés y lo sabemos.
Sólo nos miramos y pretendemos no hacerlo.
Intermitentemente, nuestras miradas se desvían.
Yo para allá y vos para acá.
Casi nunca se cruzan, pero los dos sabemos.
Jugamos a ser victorianos y cuando nos miran, nos rozamos disimuladamente, sonreímos y la gente se incomoda con nuestra contención.
Porque saben que está por explotar, porque saben que nos aguantamos, porque saben que en realidad estamos pensando lo que estamos pensando... porque todos lo piensan.
Hoy te voy a lastimar.
Espero lo mismo de vos.
Domingo
Los domingos suelo ser otra de mis yo.
Los domingos soy más propensa a la inercia.
Los domingos casi nunca me baño.
Los domingos suelo deprimirme.
Los domingos como demás.
Los domingos ando de malas.
Los domingos anhelo lo que no es.
Los domingos anudo mis pensamientos.
Los domingos no intento nada.
Los domingos río poco.
Los domingos me gusta llorar.
Los domingos son así.
Son sólo domingos.
Los domingos soy más propensa a la inercia.
Los domingos casi nunca me baño.
Los domingos suelo deprimirme.
Los domingos como demás.
Los domingos ando de malas.
Los domingos anhelo lo que no es.
Los domingos anudo mis pensamientos.
Los domingos no intento nada.
Los domingos río poco.
Los domingos me gusta llorar.
Los domingos son así.
Son sólo domingos.
...
Una gotita se resbaló por mi escote.
Sé que te hubiese gustado ser esa gotita,
pero ya no estás.
grito
no me cuentes lo que te pasa, lo que no te pasa
no me hables de vos ni de mí ni de nada.
No quiero saber nada
no quiero conocerte
no quiero mirarte
no quiero que ocupes
no quiero que sepas
no quiero que veas
por ahora, camino ciega...
no quiero abrir los ojos y que sigas estando ahí.
martes, 2 de marzo de 2010
fuera de mí.
Hoy estoy fuera de eje.
No sé si será que necesito mirarte o dejar de mirarte.
viernes, 26 de febrero de 2010
sábado, 20 de febrero de 2010
¿Nos reímos hasta quedarnos sin respirar y morir?
Choco tu frente con mi nariz y te espantás.
Explotamos.
Cada uno en un universo, explota. Pero, en algún lugar, nos chocamos.
No podemos parar de reir y me ahogo.
------
Hoy también me ahogo, pero todo es muy distinto.
Explotamos.
Cada uno en un universo, explota. Pero, en algún lugar, nos chocamos.
No podemos parar de reir y me ahogo.
------
Hoy también me ahogo, pero todo es muy distinto.
domingo, 14 de febrero de 2010
sábado, 13 de febrero de 2010
el mar.
Ella se sienta a mirar el mar.
(Así es su relación - Sólo se miran. De vez en cuando se tientan y ella deja que él le roce los pies. Él la busca, la mira, la atrae. Ella se contiene y casi nunca cede).
-¿Qué hacés?
Ella le contesta.
-Nada, pienso en que las olas son como orgasmos.
Él no sabe qué decir.
Eso, a ella, le divierte.
Las olas son como orgasmos.
Las olas son como orgasmos.
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Taras vúlvicas
En blanco...
En blanco, sobre una hoja plegada, nada en la nada, en donde nadie me espera.
Yo no estoy.
-
Cierro los ojos.
Aún así, permanezco.
No busquemos, porque no hay.
No cavemos, porque no hay.
No miremos, porque no hay.
-
Cierro los ojos.
Aún así, permanezco.
sábado, 16 de enero de 2010
domingo, 10 de enero de 2010
te quiero acá y ahora.
Y si no me sale escribir, es porque te tengo en la cabeza. Debería mudarte de ahí y esconderte entre mis costillas... o quizás un poquito más abajo. Te quiero acá y ahora. Pero no me traigas sólo amor. Te quiero a vos. Traeme tu yo que más ganas tengas de regalarme. Traeme todos tus yos y juguemos con los míos. La cama es grande. No te preocupes, entramos todos.
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