jueves, 13 de octubre de 2011

Enredo en la inmovilidad

No sé si estoy parada, acostada o de rodillas.
El pasto y las nubes han cambiado su perspectiva
y
su movimiento 
parece no cesar.

Veo a través de varios ojos.

Pero ese color
ese color
ese color
solo existe ahí,
a través de ese cristal,
visto desde acá.
Obnubilante.

Necesito explotarme.
Reescribir mis órganos.
Descomponer mis extremidades.
Degenerar mis tejidos.
Regenerarme.

Con mis piernas,
con mi pelo,
con mi ropa,
conmigo misma,
con vos
me enredo

en equilibrio
en el infinito
en equilibrio

Quizás, sea la inmovilidad.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Sola

Me descubro encerrada, lejos del pasto y las nubes, creando personajes que juegan a ser yo y lidian con las cosas que no quiero lidiar.

Abandono todo lo que soy y navego,
flotando en la superficie
de lo que querría ser.

Ojalá pudiera cambiar mi nombre y ocultarme.

Alejarme.
Escaparme del yo
del súper yo
del ego.
Excluirme
y
privarme.

Cuidarme.

Juguemos a las escondidas
entre los telones. 
Ese es un juego que sé jugar.


-La soledad también tiene muchos beneficios.-

martes, 11 de octubre de 2011

Se vuelve algo imposible.

Ya abadoné el pasto y sus nubes.
Solo recuerdo una foto.
Una foto que está en la cámara de alguien que no sé quién es.
Una foto que seguro borrarán pensando en que es una estupidez sacarle una foto a un cielo tapizado de pequeñas nubes.
Una foto que jamás entenderán, porque solo refleja un instante.
Una foto que será tan efímera como lo que pasaba por mi cabeza en ese momento.


Escribir es como sacar fotos de los pensamientos.
La poesía es un cuadro contado.

Se vuelve algo imposible describir lo que estaba pensando cuando sacaba esa foto.
Se vuelve algo imposible recordar cuántas nubes
dibujaban ese cielo.

lunes, 10 de octubre de 2011

La preservación del yo.

Sigo tirada en el pasto, mirando el cielo, aunque ahora esté en la ciudad.
Esta vez pienso en la preservación del yo y en su exceso,
en la posible adicción.

Miro mis manos escribir.
(Esta vez no están sobre las nubes).
Van bajando a la tierra todo eso que no soy,
que sigo siendo y
que nunca fui.
Todo ese yo resguardado detrás de mí.


Los seres humanos somos animales temerosos.
Nos gruñimos unos a otros de las maneras más políticas.
Nos alejamos de las formas más conscientemente inconscientes, poniendo excusas que validen nuestras teorías.
Sentimos que van a robarnos todo eso que nunca fuimos.

Yo sigo tirada en el pasto, mirando el cielo.
Pienso que a pesar de todas las estrategias que inventemos para sobrevivir en la soledad,
necesitamos de todos.
El mundo es necesario.
Lo tangible nos hace reales.
La presencia de otro nos confirma la existencia.

Yo sigo tirada en el pasto, mirando el cielo.

Pero esta vez existo en otro lugar.

(Quizás, en uno de tus pensamientos).

Cuando no estoy.

Después de una noche que dejó algunos restos de mí, me acuesto en el pasto y miro el cielo -entiendo por qué lo necesario de los clichés-. Pienso en la autocreación de mi propio ser y de todos los espacios/momentos que transito. Pienso en cómo abstraerme de lo que me rodea, cómo anular los sentidos y escapar flotando sin que nadie lo note. Pienso en la incapacidad de decir, en la falta de conciencia de sí, en la nulidad de mis ojos cuando nos miramos.

Me susurro todo eso que quiero decirme y juego con un palito en forma de hombre... y juego con vos.
Mis emociones se tropiezan con mis pensamientos. Soy una persona torpe.

Recuerdo que, hace años, papá me explicó lo que es la inercia basándose en la mecánica de un cinturón de seguridad. Todos deberíamos cuidarnos de la inercia. Todos deberíamos dejarnos llevar.

Y esto me devuelve a tus ojos, a esa diferencia que tanto marcamos, que tanto nos advertimos. Como si eso fuera a cambiar algo, como si mi cabeza esta vez sí fuese a ser parte de la jugada.

Pienso en si realmente soy todo eso que creo ser y en lo bien que se siente escaparse a otras realidades y no existir.

Acariciar el pasto se siente como acariciar tus pupilas.
Podría escribir una eternidad.

domingo, 2 de octubre de 2011

Pienso en vos.

Pienso en vos.

Mis manos,
sobre mis piernas,
piensan en vos.

Mis ojos,
sobre mi cuerpo,
piensan en vos.

Mi lengua,
sobre mis labios,
piensa en vos.

En cada sinapsis estás presente
y trato de recordarte
de formas que nunca te has visto.

Sos cientos de hormigas caminando por mi cuerpo.
Sos la ley de gravedad.
Sos una Sudestada.

...

Solo te pido un favor,
hoy
pensá en mí.