Sigo tirada en el pasto, mirando el cielo, aunque ahora esté en la ciudad.
Esta vez pienso en la preservación del yo y en su exceso,
en la posible adicción.
Miro mis manos escribir.
(Esta vez no están sobre las nubes).
Van bajando a la tierra todo eso que no soy,
que sigo siendo y
que nunca fui.
Todo ese yo resguardado detrás de mí.
Los seres humanos somos animales temerosos.
Nos gruñimos unos a otros de las maneras más políticas.
Nos alejamos de las formas más conscientemente inconscientes, poniendo excusas que validen nuestras teorías.
Sentimos que van a robarnos todo eso que nunca fuimos.
Yo sigo tirada en el pasto, mirando el cielo.
Pienso que a pesar de todas las estrategias que inventemos para sobrevivir en la soledad,
necesitamos de todos.
El mundo es necesario.
Lo tangible nos hace reales.
La presencia de otro nos confirma la existencia.
Yo sigo tirada en el pasto, mirando el cielo.
Pero esta vez existo en otro lugar.
(Quizás, en uno de tus pensamientos).
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