lunes, 26 de julio de 2010

Uff

Se cree irresistible.

Hoy no tengo ganas de decir sí.

Acordate de esto

Mientras vos te enamorás de mí, yo pienso en otro.

Me pone bien que seas un cagón y que de lunes a viernes juguemos a estar enamorados.
Sos la ausencia presente que necesitaba.

Haceme sentir sola.
No quiero saber que te tengo.

Y, ¿sabés qué?
Vos estás en desventaja, nene, porque mientras te creés que la tenés re clara, fagocito tu corazón y cuando menos te das cuenta, entro en tu cerebro.
No podés dormir, porque pensás en mí.
Acordate de esto: Cuando me busques, ya no voy a estar.

viernes, 16 de julio de 2010

Sabor a chicle

Ella habla, habla y habla.
Él le sonríe a su desfachatez.


Ella no piensa, sólo dice 
y eso les gusta a ambos.


"Me caés bien vos".
Ella siente que el piso comienza a derretirse.


Cada tanto, espía su reloj, porque sabe que el tiempo se escapa.
Él no dice mucho
y ella, cuando se acuerda de pensar, siente miedo.


Acerca su silla.
Ella se relaja.
Él no puede irse sin darle un beso.
Ella no puede quedarse sin darle un beso.


Ella piensa que ese chicle y su boca logran el sabor que todos los besos deberían tener. 
Y se lo dice.
Además, su boca es suavecita.
Y se lo dice.


Ella se siente 
pequeña
indefensa
estúpida
y él
él, no sé.


Los impedimentos naturales importan poco.
Sus perfumes se mezclan y ella piensa que deberían vender esa mezcla en París.


Él tiene que correr.
Ella flota.


(Charlamos un montón, nos dimos unos besos increíbles, cogimos fugazmente y te fuiste. Fue difícil sacar tu perfume de mis manos. Menos mal que vivís tan lejos...)


lunes, 12 de julio de 2010

Sade


Se toca con Sade.

Cada renglón, se escurre entre sus piernas.
Una a una, las situaciones se hacen reales y ella es la protagonista.
Se encuentra a solas en un cuarto que la deja ser
y, a medida que pasa las hojas,
con sus bordes, roza sus pezones.

Se toca con Sade.
Piensa en cada partícula de esos hedores
flotando en el aire
flotando en el mismo aire que ella respira.

Su piel se traslada en el tiempo
se hace más presente que nunca.
Sus manos
intentan no controlar
y, sutil, se siente revolucionaria.

Se toca con Sade.
Yo sólo la miro y escucho su respiración chocando con la mía.

Voraz, recorre cada oración con todo su cuerpo.
Las saborea con su lengua.
Las llena de fluídos.

No le importa si estoy ahí.
No le importa ser juzgada,

no le importan los títulos de nobleza,
no le importa morir en Charenton.

No tiene discurso.
Sólo el leve movimiento que ondea su figura
que ya se pierde entre las sábanas.
No necesita sofismas.
Sus deseperantes gemidos
la liberan de cualquier prisión.

Ya no puedo pensar.

Se toca con Sade
mientras yo,
me toco con ella.

lunes, 5 de julio de 2010

Envejecer

Los segundos no corren, caminan lentamente detrás nuestro, rozando nuestros talones y, a medida que nos alcanzan, encorvan nuestras espaldas y retrasan nuestro sistema.

El tiempo es inmediato.

domingo, 4 de julio de 2010

Orgía babélica

Una voz penetra los ambientes.
Sólo una.

-Pausa de silencio-

Todos participamos.
Ya no se distingue el límite.
La frontera es indivisible.
Todo se amalgama.

Sólo una voz
susurra

-Pausa de silencio-

La piel transmuta su cromo.
Los rasgos se desgarran.
La gama de posibilidades se amplía.

Hombres y mujeres.
Mujeres y hombres.
Hombres y hombres.
Mujeres y mujeres.

Todos participamos.
Ya no existe distinción alguna que clasifique el ejemplar.

Sólo una voz
dirige

-Pausa de silencio-


Una torre antropomórfica.
Una ciudad antropofáguica.

Los cuerpos se desbordan
unos sobre otros.

Sin ropa
Sin piel
Sin sexo
Sin voz


Todos participamos.

Sólo una voz
grita


La orgía babélica termina su función.

En cada ciudad, todos participamos

-Pausa de silencio-

Dos

Ella lo mira.

Analíticamente,
estudia cada uno de sus vértices.

Él la mira.
Con voracidad,
imagina cada uno de sus pliegues.

Ella se dirige a él.
Cuidadosamente,
evalúa el peso específico de cada una de sus partes.

Él se dirige a ella.
Bélico,
abandona sus manos.


Ella descifra la densidad de los líquidos que se encuentran en proceso de ósmosis,
en ese mismo momento.


Él ya no controla ninguna de sus células
y su cuerpo se hace agua.

Ella calcula la duración de un orgasmo.

Él ya no es él.