lunes, 14 de septiembre de 2009

A veces, vuelvo a sentir lo mismo...

No esperaba nada 
(julio/07)


Y miles de hormigas corrían una maratón
desde mi nariz hasta mi espalda, 
pasando por cada nervio de mi columna vertebral. 
Yo no esperaba nada. 
Y miraba desde el fondo del agua 
como el sol se desfiguraba con las olas. 
Y veía los barcos pasar y sacarme la luz. 
Y no esperaba nada. 
Y sentía como un cardumen de anguilas invadía mi cabeza. 
Y como la arena se transformaba en barro debajo de mis pies. 
Y no esperaba nada. 
Y la luz desaparecía detrás de una línea cambiante. 
Y el agua se volvía tierra y yo abandonaba el suelo. 
Y los pájaros nadaban por el cielo. 
Y las hormigas invadían mis brazos. 
Y no esperaba nada. 
Y un espacio blanco con tonos de rojo y amarillo
no era lo único que daba luz. 
Y se reflejaba en la única parte cubierta de mi cuerpo. 
Y yo no esperaba nada. 
Y la única luz se escondía en un punto detrás de mis ojos. 
Y descubrí que no estaba en ese lugar. 
Y sentí que los sonidos no eran húmedos. 
Y pensé que tal vez ya no tendría que nadar. 
Yo no esperaba nada. 

Y no me preocupaba.
Los peces no se ahogan.

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