viernes, 28 de agosto de 2009

Él me encontró...

No creo en la suerte, pero cuando lo vi, fui feliz.




No lo buscaba y lo encontré.
(Justo habíamos estado hablando de vos.. de tu no existencia).





(Mientras duermo sin dormir, desde mi cuaderno verde, me susurrás al oído).


Sabe que no creo en la suerte, pero sí en el cauce.
WO WEI


Sabe que no lo quiero por lo que me va a dar, sino porque sí, porque me hizo sonreír, porque me contó que no existen los imposibles, porque fue así... de ese modo, tan como me gusta que sea.


Sabe que sé que me habla...
(Sí, lo sabés...)


Por eso me encontró.
Por eso me llamó desde los pies del árbol al que nunca miré.
Para contarme cuentos antes de dormir.
Para que recuerde mi origen.
Para que recuerde que vivo en Wonderland.
Para que recuerde que me gusta jugar.
Para que recuerde que me gusta lo inexplicable.
Para que recuerde que soy del agua y que sólo tengo que flotar.


Gracias.
Sos tan lindo! Con tu hojita maltrecha que me encanta...
Me siento mal por haberte arrancado...
Pero vos me llamaste...
Tenés muchas cosas para decirme.


Gracias por regalarme un pedacito de tu magia.

Sólo juego

No me preguntes cómo estoy.
No me interesa definir mis estados, ni diferenciarlos, ni juzgarlos por lo que no son.
Sólo quiero estar. Sólo quiero ser.

¿Querés jugar conmigo?
Juguemos a las escondidas, pero escondámonos en el mismo lugar y démonos besos.
¿Querés?
Yo, sí.

Pero no me preguntes cómo estoy. Sólo juguemos.
Porque así soy.
No sé vivir, no me sale. Sólo juego.

jueves, 13 de agosto de 2009

el tiempo es mío

Mientras permanezco encima tuyo, no reconozco mi cuerpo.
El tiempo es mi tiempo...
¡Es mi tiempo! Y si mientras bailo, me tenés que esperar, me esperás. Juego con mi pelo sobre tu espalda y me gusta sentir tu piel erizarse sobre mis piernas. Casi siempre fantaseo con vos. Todo el tiempo, todo mi tiempo. Me mirás y mi tiempo se acelera, porque mi sangre va en picada. Dejo que fluya. Pienso en tu cama, en mi cuerpo, en tu cuerpo, en mi gesto, en tu boca, en mi tiempo... en mi tiempo.
No uso reloj. No me gusta. Las agujas son cohercitivas. Sobre todo cuando esperamos que llegue y nunca llega y nosotros tampoco podemos llegar. Pero espero... ¿me podés esperar?
Sabés que somos cómplices. Y cuando nos miramos, lo sabemos. Sabemos lo que nos imaginamos. Y nos miramos de reojo porque nos da pudor. Porque sabemos que los segundos pasan y nos miran espantados. Porque sabemos lo que nos imaginamos.
El tiempo es mío y me gusta dejarlo sobre tu falda. Porque imagino que soy yo, porque imagino que hacemos eso que nos imaginamos cuando nos vemos, porque sé que siempre el tiempo vuelve, porque cuando lo pienso, llueve.
No me mires así. Te voy a arrancar los ojos.
No me mires así.
El tiempo es mío.

jueves, 6 de agosto de 2009

Elle m'appartient

-Y puedo hacer lo que quiera. Porque es mío. Porque yo lo vi primero.
-Y, ¿podés hacer lo que quieras?
-Oui.
-Y capaz que no es tuyo...
-Y, a vos, ¡¿quién te preguntó?!
-Dios.
-¿Dios? Ah, ¿sí? Y, ¿qué te dijo?¿Te dijo que no era mío?
-No.
-Y, entonces, ¿qué te dijo?
-Nada. Señaló y después preguntó.
-¿Qué preguntó?
-Si era tuyo.
-¿Y qué le dijiste?
-Que no. Y Dios me creyó.
-No te creo.
-No me importa. Dios, sí. Entonces ahora no es más tuyo. Es mío.
-Que no.
-Que sí.
-Callate. Ni siquiera sabés de qué hablo.
-No me importa. Nada es tuyo.
-¿Viste? Dios se equivoca. Te dije. Además, ponete de acuerdo. Uff, casi me asustás. Ya lo sabía. Le neànt n'est à moi. Oui oui. Elle m'appartient. Jiji. Elle m'appartient...