Pierdo los abrigos que me regaló el sol.
Poco a poco,
uno a uno,
van quedando abandonados.
En un bar,
en una plaza,
en la casa de algún desconocido.
Poco a poco,
se alejan de (mí) y
(yo)
los dejo ir.
Pierdo los abrigos que me regaló el sol.
y
el frío
se cuela por (mis) poros hasta hacerlos estallar.
Y,
casi sin sentirlo,
simplemente,
desaparecen.
Pierdo los abrigos que me regaló el sol.
Pierdo los abrigos que me regaló el sol.
Algún día, volverán.
Mientras tanto,
(yo)
bailo.
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